jueves, 26 de enero de 2023

Reseña De dos novelas de Josefina Vicens


El libro vacío y Los años falsos de Josefina Vicens

 


Norma Páez[1]

Las dos novelas que les invitaré a leer a través de este escrito han sido reseñadas, analizadas y traducidas al francés, al inglés y al italiano. Este interés nos ha permitido contar hasta nuestros días con dos historias, después de que fueran publicadas en 1958 El libro vacío y en 1982 Los años falsos de Josefina Vicens[2]. Aunque la autora solo publicó dos breves novelas es recomendable no dejarse llevar por las apariencias, según sus ‘biografistas’ fue una escritora que publicó para diferentes revistas y otras publicaciones, además de que editó su propia revista, Torerías. Sería interesante contar con todas sus publicaciones en un repositorio digital de acceso abierto.

Reseñistas y analistas de las dos novelas[3], y que cito a pie de página, en su conjunto sus líneas temáticas de lectura son: la escritura, la construcción de la identidad, la introspección, la muerte, el patriarcado, la masculinidad hegemónica, el cuerpo[4], temas centrales todos, aunque para algunos tiene más peso la muerte y el acto de escribir. Otras vetas de lectura que han adquirido relevancia son sobre la ciudad de México y la idea de familia[5], cabe decir que de esta última, desde la ilustración de José Luis Cuevas, elegida para la portada de edición electrónica e impresa del Fondo de Cultura Económica, nos provoca a pensar en la familia nuclear que se concebían en la década de los 50s.

El libro vacío es la novela que ha tenido más eco que Los años falsos, y quizá tenga que ver con uno de los temas que aborda desde sus primeras páginas, “la dificultad de escribir”. El libro vacío puede considerarse un anti-manual donde no hay fórmulas pero sí preguntas que detonan la empatía de sus lectores en el diario sufrimiento y angustia del escribir o no poder. Para las escritoras o escritores que se hayan enfrentado a la pregunta sobre qué escribir, a esa temible hoja en blanco, pueden reconocerse cuando las palabras se quedaron atoradas en el olvido o en un cuadernito que se perdió entre tantos otros, o cuando las notas se guardaron y se traspapelaron, o de cuando se borran las ideas o las anécdotas anotadas.

En El libro vacío Josefina Vicens nos habla de su propia dificultad de escribir en voz de José García, su alter ego. ¿Cuántas veces se habrá enfrentado a la hoja en blanco? En una declaración comenta que su primera novela es “un poco autobiográfica[6], así se puede escuchar en un fragmento recuperado de una entrevista para el Programa: El libro vacío y Los años falsos, de la serie Josefina Vicens. Una vida a contracorriente, Co-producción del Mirador Universitario y el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.

Lo que provoca Josefina Vicens es pensarse en la propia escritura y lo que con lleva: la inversión de tiempo, recursos económicos, conocimientos, experiencias de vivir más allá de los límites sociales-culturales normativos, lingüísticos, territoriales y un largo etcétera. En mi experiencia para escribir en ocasiones hay más distractores, o mejor dicho pendientes, que momentos oportunos para la escritura. Y entonces cuando hay ese momento, antes de disciplinarme a escribir un par de veces me asomo a la cocina para cuidar que el café de la olla no se riegue, y luego de servirlo dejo que se enfrié mientras me entretengo en la llamada telefónica. Así las interferencias para recuperar las palabras que quedaron borrosas con la pluma que se quedó sin tinta, y a riesgo de no poder leer las letras apenas marcadas sobre el papel logro poner algunas balbuceantes palabras[7].

En ambas novelas Los años falsos (1982) y El libro vacío (1958) encuentro central la metáfora de la dificultad de construirse así mismo, “del ser hombre”. En El libro vacío, una de las preguntas que puede generarnos es, ¿qué es lo significativo de nuestras vidas para escribir en el segundo cuaderno y evitar el libro vacío? Es interesante la elección que hace Josefina Vicens de sus personajes y de su escritura en primera persona, ya que nos coloca en la posición de dos hombres que cumplen con las asignaciones de género, según el contexto donde los ubica la autora. Para ello José García, personaje de El libro vacío y Luis Alfonso de Los años falsos nos muestran el “ser hombre” como autoridad, como padre de familia el primero, y el segundo, como hijo, obligado a reproducir los pasos de un padre siempre presente y ausente en la construcción de identidad de una nueva generación de “hombres”. Entonces, otra pregunta que hila las historias es ¿qué es ser hombre? Josefina Vicens nos invita a pensarla y luego expone algunas definiciones.

José García y Luis Alfonso son los nombres heredados de sus padres, era norma no escrita que los hijos varones primogénitos heredaran el nombre del padre.  A pesar de esa herencia los dos hombres intentan huir de la asignación que le proveyó su contexto socio-cultural. Luis Alfonso de 19 años exige ser llamado por su nombre y no como reconocían a su padre “Poncho Hernández”, así se rebela.  Hay quienes consideran que en Los años falsos Luis Alfonso a la muerte de su padre lo suplanta como si fuera un acto voluntario. Contra lo que pudiera parecer una suplantación, desde mi punto de vista más bien queda obligado a reproducir su herencia cultural del yo masculino, hegemónico-patriarcal, como mandato[8].

En los círculos de lectura sobre El libro vacío que revisé para esta invitación, los participantes expresaron haber sentido rechazo, molestia, tristeza, frustración, angustia, cierta empatía por José García, tanto por la escritura como por la frustración por no cumplir con las expectativas que esperaban de los hombres. Josefina Vicens, en ambas novelas, nos muestra una masculinidad frágil, una que no cumple con los roles asignados y que también ejerce la violencia.

Desde mi percepción Los años falsos es la continuidad del Libro vacío, donde José García un día fue el padre-hombre admirado por su hijo, y Luis Alfonso es el hijo que debía cumplir con lo normado para los hombres. Cuando José García está frente a su propio desafío, comienza a desplegarse la tinta y las preguntas se centran en el cuestionamiento del ser hombre y del deseo de ‘abandonar’ el matrimonio y dos hijos para encontrarse así mismo. Luis Alonso en Los años falsos se enfrenta a la obligación de “ser el hombre de la casa”, vigilado por la sociedad, en donde los hombres de la política-corruptos, le recuerdan “lo macho que era su padre” y entonces le asignan la obligación de igualarlo.

Los años falsos está basada en la vida de un amigo de Josefina Vicens, según han dado cuenta sus reseñistas. Siendo así, en la historia de esta segunda novela se refleja la empatía que la autora sintió y que le permitió contar y transmitir la angustia que experimentaba su amigo, o quizá los hombres de su contexto, frente a la asignación “de ser hombre”.  Particularmente en esta novela han considerado con mayor peso el tema de la muerte, aunque también en El libro vacío la aborda y la concibe como una forma de liberarse del cuerpo, del vacío, del tedio. En Los años falsos el escenario es un panteón desde donde Luis Alonso comienza a narrar la ausencia de su padre y ve cómo su propia vida se transmuta; con fluidez describe este acontecer como si fuese su propio “destino”: Vida-muerte del “ser hombre”, su padre y él. A partir de este personaje Josefina Vicens lanza como dardos algunos indicios –casi imperceptibles, de las diferencias entre el padre y el hijo, de esa callada rebeldía por no ser lo que esperaban de él: el hombre de la casa, el aprendiz del más macho y disparador, el infiel. Así pasó de joven a ser el adulto con responsabilidades, con deberes y mandatos que reproducir tras la muerte de su padre -y quizá de conocerlo y conocer sus secretos. No solo se trasmuta en el padre porque se ve empujado por los amigos de Poncho Fernández, también por su madre que le impuso y a su vez asumió la autoridad del hijo como el hombre de la casa (así la educación a las mujeres, así la asignación del rol que les tocó a muchas), y el vivir en el espejismo del hombre que maltrató, le fue infiel a su madre. Ante eso, Luis Alonso apenas se rebela contra la obligación de “ser el hombre”, pero se rebela.

En ambas novelas Josefina Vicens nos deja ver su feminismo y activismo, visibiliza el papel de la esposa de José García y el de la madre de Luis Alonso, dos personajes que quedan en segundo plano, ubicadas en los espacios domésticos, son dos mujeres que replican la sumisión y el orden patriarcal, ambas de clase media, de generaciones diferentes pero que dan cuenta de la continuidad del “deber ser de las mujeres” y al mismo tiempo visibiliza la importancia de las actividades que realizan: el cuidado de los hijos, la alimentación, la limpieza, etcétera, y nos muestra la nula o poca preparación en las que se encuentran para insertarse al mercado laboral de los 50s.  Las hermanas gemelas de Luis Alonso es otra metáfora de la reproducción del “deber” ser de las mujeres, ellas también se encuentran en ese espacio privado ¿sin salida?, igual que la madre, son ese molde del “deber ser de la mujer” que se ven obligadas a reproducir.

Entre líneas hay una pregunta que podría detonar la complejidad de otras preguntas para ambas novelas, y que planteó Adán Ramírez Serret, “¿por qué vivir una vida que no quieres vivir?”[9] No hay una respuesta, pero sí hay actos rebeldes, no lo suficientemente asertivos para cambiar el rumbo o el destino de “ser el hombre” pero sí como para cuestionar la masculinidad hegemónica.

Hasta aquí la invitación a la lectura de las dos novelas, pese a que hay otras líneas de análisis y de aprendizaje que nos deja Josefina Vicens. Fue productivo haber conocido algunos círculos de estudio que han provocado el interés por El libro vacío y Los años falsos. Escuchar y leer los diferentes puntos de vista me resultó grato, me encontré con jóvenes promotoras, difusoras, divulgadoras, no solo de las dos novelas comentadas, también dedicadas a compartir sus experiencias con otras lecturas. Además de compartirnos sus opiniones, nos proporcionan datos biográficos que dan evidencia de los saberes de Josefina Vicens, los cuales se reflejan en todas sus palabras, en la elección de sus personajes y los escenarios, en su estilo y ritmo para narrar.

Las referencias citadas considérense más que solo un requisito académico, sino como algunas sugerencias para encontrarse con otras lecturas y otras voces en torno a las novelas que les invito a leer.

Por último, cabe decir que para la memoria y patrimonio cultural feminista, son dos novelas que podrían formar parte de los acervos propios o colectivos, en versión impresa y/o en edición electrónica.

                                         



[1] Correo: npaezgalicia@yahoo.com.mx. Instituto Interdisciplinario de Estudios Aplicados Lou Andreas Salomé, A.C.

[2] Haber leído las dos novelas citadas es gracias a grupos o círculos de lectura como el de GIS (Grupo Interdisciplinario de Sexología: https://www.facebook.com/groups/GisJuglar), que las propusieron para la sesión del pasado 22 de octubre del 2022. Aunque no pude acudir a la cita virtual inicié su lectura en la versión electrónica publicada por el Fondo de Cultura Económica, 2011.

[3] Ana Rosa Domenella, “Muerte y patriarcado en Los años falsos”, en Sin imágenes falsas, sin falsos espejos: narradoras mexicanas en el siglo XX, Aralia López Gonzáles (ed.), México, El Colegio de México, 1995. Disponible en: https://www.jstor.org/stable/j.ctvhn0cm7; Daniel Rodríguez Barrón y Adán Ramírez Serret, Charla: El libro vacío de Josefina Vicens, Ciclo Clásicos mexicanos para el siglo XXI, 17 de septiembre del 2022. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=DhiWdfs-IEc; “Josefina Vicens. Una alegría Urgente”, Programa Garbanzo de libra. Joyas del 22, México, Sin fecha. Consultar en: https://www.youtube.com/watch?v=o9OWAs3e79s&t=8s; “Hangout ‘El libro vacío’ por Josefina Vicens | LibrosB4Tipos”, Soliloquios Literarios, Emitido en directo el 2 oct 2021. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=2SiwhWNpWck; Carlos San Juan, "¡Has de cambiar tu vida! Cuatro mujeres al amanecer de la modernidad a la mexicana", Ponencia impartida en XIV Diplomado Historia del Siglo XX. Un Cuestionario de Género. Sesión 18, Emitido en directo el 21 oct 2020 [Ver minutos 33:53-59:13], Dirección de Estudios Históricos, INAH. Disponible en INAH TV: https://www.youtube.com/watch?v=VqocI7g6rkM. Para quiénes se interesen en conocer un poco más de la trayectoria de Josefina Vicens, pueden consultar los seis programas realizados en forma conjunta el Mirador Universitario y el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Consultar en: https://www.youtube.com/playlist?list=PLw721sKpWTUiHZUU5JyPU_ba4k6LfpQjL

[4] Alexis González Cruz, “Del soplo a la voz: la escritura como emancipación hegemónico en El libro vacío de Josefina Vicens”, Voz-escritura en El libro vacío de Josefina Vicens, Coloquio de titulación, primavera 2020, 7 de mayo, 2020. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=wDdXHVDIgqU&t=1237s

[5] Adriana Sáenz Valadez, “Los años falsos y El libro vacío: la ciudad, la muerte y los roles de género en Josefina Vicens”, en EN-CLAVES del pensamiento, Año VII, número 13, enero-junio, 2013, pp. 149-171. Consultado en: https://www.enclavesdelpensamiento.mx/index.php/enclaves/article/view/195

[6]Voz de Josefina Vicens, en el Programa: El libro vacío y Los años falsos, de la serie Josefina Vicens. Una vida a contracorriente”, Mirador Universitario/Instituto de Investigaciones Filológica, Transmisión por el Canal 22, en el 2013.  Ver en https://www.youtube.com/watch?v=BibAjol-O1U&t=1229s; También léase: Daniel González Dueñas y Alejandro Toledo, [Entrevista] “Josefina Vicens habla de El libro vacío”, La Colmena 71, julio-septiembre 2011. Cabe mencionar que la entrevista publicada en la revista La Colmena fue realizada en 1986.

[7] Quizá futuros lectores podrán identificarse con el personaje o con Josefina Vicens en la experiencia que provoca estar frente a la hoja en blanco…

[8] Léase sobre el mandato en Estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la antropología y el psicoanálisis y los derechos humanos (2003), de Rita Segato.

[9] Daniel Rodríguez Barrón y Adán Ramírez Serret, Ibidem, minuto: 50:10.