martes, 24 de agosto de 2021

‘De caminito a la escuela’

 Responsiva, autoritarismo y miedo

 A unos días del regreso a clases presenciales, 30 de agosto del 2021, según las últimas noticias, las disonancias sobre las ventajas o las consecuencias negativas permean el ambiente en México ante la declaración de “llueve, truene o relampaguee regresamos”. La polarización de opiniones se gesta en un contexto que toma forma por una larga lista de desafíos que se vienen arrastrando desde los pasados sexenios y que se agudizan con el aumento de contagios del virus SARS COV-2 y sus variantes.

¿Estamos en condiciones de regresar?

En el sexenio actual, la mayor responsabilidad a la que se enfrenta el líder presidencial –o nos enfrentamos– es al cuidado de la población estudiantil y docente que además se puede convertir en foco de contagios, y de su aumento al contagiarse y no presentar síntomas. Los dilemas que derivan en problemas no son menores: una movilización masiva no es una amenaza, el debilitamiento emocional paraliza las articulaciones, los huesos se quiebran y no se puede andar.  Los problemas son de salud, de expectativas de vida nula, de optimismo, de pesimismo, de pobreza… etcétera, así para empezar con la lista de los desafíos. Pero, ¿qué significa asumir la responsabilidad jurídica y moral, ética, al asegurar que “existen las condiciones para el regreso a clases presenciales”? Ante la precariedad de los edificios de las escuelas públicas, los escasos o nulos recursos para aplicar los protocolos sanitarios, o la falta de recursos de los tutores familiares que se quedaron desempleados, las expectativas no son alentadoras. Aunque, hay quienes están a favor del regreso presencial la desconfianza es una latencia. Ahora, ¿qué resultados daría una consulta como la que propusó el gobernante en turno para el enjuiciamiento de los expresidentes?

 Es una responsabilidad grave, no sólo para el líder del actual gobierno sino también para las familias en estado de vulnerabilidad, por diferentes condiciones. Los suicidios, la orfandad, las muertes por COVID-19, la precariedad extrema, serán más penas que pesarán, si es que la libramos. Incluso en este panorama, otros temas han quedado rezagados en la discusión cotidiana debido a la prioridad que requieren desafíos inmediatos, individuales: los efectos de los cambios climáticos. La construcción de Tren Maya, por un supuesto, justificado su desarrollo como “bien público, así los desplazamientos forzados “tienen justificación”. ¿De a cuánto serán las ganancias y para quiénes?

Infancia y familias de regreso a clases frente al Tren Maya, son temas distantes de un punto a otro de la lista en que se ubican los problemas a tratar en la agenda política, económica, social. ¿Cuál de los temas afecta más: La destrucción de nuestro medio con el Tren Maya o las muertes por COVID-19? Vivir en la ciudad, reproducirse en ella, da cuenta de lo que se ha dejado de ver y de comer, producto de la tierra y los temporales. Nos podemos imaginar cuáles serán los impactos, del que nos enteráremos más pronto que veloz de la construcción del Tren Maya.

¿Los daños son colaterales, los daños serán directos?…así la reflexión y los dilemas sobre la construcción del Tren Maya y el regreso a clases presenciales.

npaezgalicia@yahoo.com.mx

23 de agosto del 2021

CDMX

 

 

 

 

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